Una vez que las semillas estuvieron seleccionadas y agrupadas... Nos dedicamos a plantarlas. Con pequeños recipientes transparentes de plástico, tierra y cucharitas cada uno fue armando su propia macetita. Primero le hicimos agujeritos a la base para que el agua que la semilla no toma pueda salir y así no se pudra. Luego colocamos tierra hasta la mitad del recipiente, elegimos que semilla queríamos plantar, las colocamos bien esparcidas y las cubrimos con tierra casi hasta el borde del recipiente. Al final, muy importante y necesario, la regamos.
Ahora nuestras macetitas están en las ventanas de nuestra sala y nosotros ansiosos esperando verlas crecer.
Para distinguirlas cada uno hizo su cartelito que indica qué semilla plantó y qué necesita para poder crecer...
Cuando comiencen a aparecer los primeros brotes se los mostraremos...
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